Cuando Jerez fabricaba lápices: la primera fábrica de España y su historia olvidada

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  Cuando Jerez fabricaba lápices: la historia de una industria pionera El lápiz, tal y como lo conocemos, nació en el siglo XVI tras el descubrimiento del grafito en Inglaterra. Aquel invento, sencillo en apariencia, transformó la vida cotidiana: facilitó el acceso a la escritura y al aprendizaje, permitió a artistas y arquitectos dar forma a sus ideas y democratizó la creatividad, poniéndola al alcance de todos. Con él, la educación se volvió más accesible, la ciencia más práctica y el arte más libre. Este pequeño objeto, que ha acompañado a generaciones enteras en pupitres, oficinas y talleres, también tuvo un capítulo inesperado en la historia de Jerez de la Frontera. Porque, aunque solemos asociar la identidad de la ciudad al vino y al flamenco, a comienzos del siglo XX aquí se levantó la primera fábrica de lápices de España. El sueño de un emprendedor La idea fue obra de Juan Vicente Vergara Lassaletta , empresario nacido en El Puerto de Santa María y descendiente de una f...

Desafíos Arquitectónicos y Culturales en la Construcción de la Catedral de Jerez, parte 1ª

 


Hoy, en "Jerez desde dentro", exploramos la fascinante historia de la construcción de la actual Catedral de Jerez y los desafíos que la rodearon.

La historia comienza a finales de 1537 y principios del año siguiente, cuando el mal estado de la antigua iglesia colegial ya era innegable. Ante este deterioro, surgieron varios debates sobre dónde debía levantarse el nuevo templo. Una de las propuestas fue un solar en el Arenal, situado fuera de la muralla, entre la torre anexa a la Puerta Real y el muro que se extendía hasta el Alcázar. Este terreno, que llegaba hasta la Puerta Real, ya se había comenzado a preparar con la construcción de unas hóndigas para trasladar allí la carnicería y la pescadería. Curiosamente, ese lugar es lo que hoy conocemos como la calle Pescadería Vieja. Si aquel proyecto hubiera prosperado, Jerez tendría su catedral en un lugar muy diferente al actual, cambiando por completo el paisaje urbano.



Aunque la zona propuesta pertenecía a la collación de San Miguel, se consideró romper parte del muro para crear accesos que conectaran directamente con la iglesia. De este modo, se podría entrar desde las calles del Pozuelo o la Justicia, áreas que sí formaban parte de la collación del Salvador. Estas alternativas muestran cómo Jerez estuvo a punto de reconfigurar su geografía urbana para adaptarse a la construcción de un nuevo templo en áreas clave de la ciudad.



Para llevar a cabo la obra, se solicitaron dos propuestas al emperador Carlos V: una para construir una nueva iglesia sobre la antigua colegial y otra, más complicada, para derribar parte de la muralla de la ciudad. La Real Provisión recogía las razones presentadas al emperador, destacando el mal estado de la iglesia colegial y lo inadecuado de su ubicación. No solo estaba alejada del centro, sino que se encontraba cerca de zonas poco favorables, como la curtidoría, la carnicería y un arroyo maloliente. Además, la colegial se ubicaba en una zona barrancosa, lo que dificultaba el acceso a los fieles. El nuevo sitio propuesto, en cambio, realzaría la iglesia y embellecería la ciudad.

Una vez consultado el asunto, Carlos V decidió hacer una encuesta entre los afectados y, tras recibir las contestaciones, tomar una decisión. El corregidor mandó preguntar a varios caballeros de la feligresía y recabar la opinión de cada uno de los canónigos. Como el resultado de la encuesta era claramente favorable a la traslación, los opositores tuvieron que emplearse a fondo para presentar sus argumentos. Entre los contras, se señalaba que el cambio contrariaba a la feligresía, que el nuevo templo pertenecería a la parroquia de San Miguel y que, al tener salida por la plaza del Arenal y hacia el interior de la ciudad, la gente lo usaría como paso de tránsito, evitando así salir por la Puerta Real. Otro de los argumentos en contra era que los festejos que se celebraban en la plaza del Arenal, como cañas y toros, podrían provocar que los animales irrumpieran accidentalmente en el templo.



Finalmente, como todos sabemos, no se llevó a cabo la construcción de la nueva iglesia en la ubicación propuesta. Además de todos los motivos mencionados, la falta de dinero fue un factor determinante: hacía falta una nueva iglesia, sí, pero no había fondos suficientes para construirla ni en una ubicación ni en otra.

Para reparar la iglesia existente, el cabildo vendió toda la plata disponible, el ayuntamiento en 1606 donó 500 ducados adicionales, y un caballero jerezano aportó otra cantidad significativa. El terremoto de julio de 1676, que en octubre del mismo año provocó el derrumbe de la techumbre de la nave del Evangelio, aceleró el proceso de reparación, que pronto se detendría por falta de dinero, tras un largo periodo de tiras y aflojas entre las autoridades políticas y eclesiásticas de la época.



No fue hasta el 9 de mayo de 1695 que se colocó la primera piedra, otorgándole a la ceremonia la solemnidad que merecía.

Este conflicto entre tradición y progreso marcó un momento clave en la historia de Jerez, donde el crecimiento de la ciudad y el bienestar de la comunidad estaban en juego.

(Continuará…)

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