Cuando Jerez fabricaba lápices: la primera fábrica de España y su historia olvidada

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La historia de Jerez de la Frontera está marcada por la influencia de diversos grupos que contribuyeron a su desarrollo económico y cultural. Uno de los colectivos más relevantes fueron los montañeses, naturales de las montañas de Santander, quienes llegaron a Andalucía durante la Edad Media y dejaron una huella profunda en la ciudad.
La llegada de los montañeses a Andalucía tiene su origen en la decisiva participación de la Armada Cántabra en la reconquista de Sevilla en 1248, un evento clave que abriría el camino para la posterior reconquista de toda Andalucía. Como recompensa, los montañeses recibieron importantes privilegios, como exención de impuestos y el derecho a comerciar libremente en toda España. Estos beneficios les permitieron desplazarse y asentarse en diferentes ciudades, incluyendo Jerez de la Frontera, donde comenzaron a influir significativamente en la economía local.
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Andalucía |
La importancia del triángulo comercial Sevilla-Cádiz-Jerez se consolidó a partir de la época colonial, cuando el descubrimiento de América en 1492 convirtió a Andalucía en un centro económico de enorme importancia. La Casa de Contratación, responsable del comercio con América, fue trasladada de Sevilla a Cádiz en 1717, impulsando aún más la economía de la región. Jerez, famosa por sus vinos, atrajo a migrantes de toda España, incluyendo a los montañeses, quienes encontraron en la ciudad un lugar próspero para establecerse y expandir sus negocios.
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descubrimiento |
El gremio de los montañeses en Jerez se fundó oficialmente en 1723, consolidándose como un colectivo fundamental en la ciudad. En Cádiz, la organización fue reconocida en 1776, demostrando la importancia de esta comunidad en la región. Durante el siglo XVIII, la población de Jerez creció de manera notable, pasando de 12,000 habitantes en 1700 a 45,506 en 1787, según el censo oficial de Floridablanca. Este crecimiento se debió, en parte, a la llegada de montañeses que, entre 1760 y 1899, se registraron en la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de los Montañeses de Jerez, ubicada en el convento de Santo Domingo.
Muchos de estos montañeses provenían de pueblos como Cabezón de la Sal y Ruiloba, en Cantabria. Los originarios de Ruiloba, en particular, eran conocedores del cultivo de la vid y la producción de un vino popular en la región de Santander, el chacolí. Estos conocimientos les fueron útiles en Jerez, donde el vino era un producto de gran importancia y prestigio.
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viña jerez de la frontera |
Los montañeses no solo contribuyeron al comercio del vino, sino que también abrieron tabancos y tiendas que se convirtieron en puntos de encuentro y en instituciones locales. Algunos de los establecimientos más conocidos de la época fueron:
Estos tabancos y comercios se convirtieron en lugares emblemáticos, reflejando la herencia de los montañeses en la vida social y económica de Jerez. A través de estos negocios, los montañeses no solo generaban ingresos, sino que también mantenían viva una parte de sus tradiciones y cultura en su tierra de adopción.
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La influencia de los montañeses en Jerez se percibe aún hoy en día, especialmente en el ámbito de la producción y comercialización del vino, que sigue siendo un pilar de la economía local. La herencia cultural y económica de este grupo forma parte de la identidad de Jerez y es un testimonio de cómo la migración y la diversidad han enriquecido la historia de esta ciudad andaluza.
El texto ha sido redacto con diversas fuentes de titularidad pública, recabada en la biblioteca municipal central Jerez de la Frontera.
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